jueves, 10 de febrero de 2011

Se hace camino al andar

En el cuatro yo me siento
para escribir o comer
o parecer garabatos,
cero, uno, dos y tres.

Cuatro patas tiene el gato
y cien patas el ciempiés.
Sigo haciendo garabatos,
cero, uno, dos y tres.

Cuatro patas esta silla,
que es un cuatro si lo ves
donde escribo garabatos,
cero, uno dos y tres.

Contamos de Rafael Cruz-Contarini publicado en la editorial Everest (2006).

Hoy a sido un buen día. Uno de esos días en los que las cosas sale bien. O mejor dicho, hoy es uno de esos días en los que uno se siente satisfecho porque la distancia que hay entre lo propuesto y lo ocurrido es menor de lo esperado.

Con los versos que os escribo comencé la clase de lengua de esta mañana. Hoy tocaba repasar las rimas, los versos, las estrofas.. y que mejor forma de hacerlo que estableciendo nexos de unión entre los números y las letras. Recitamos la poesía, esta y otras más. Construimos nuevas rimas, buscamos su significado, dibujamos una historia y realizamos las actividades de refuerzo. La mañana discurrió con el calmado trasegar de las aguas hacia el mar.

Hoy tengo poco sobre lo que reflexionar. Hoy no ha habido conflictos, ni riñas entre alumnos, ni prácticas desapropiadas. Hoy ha sido uno de esos días que crean afición, que te ayudan a amar la profesión, que te hacen sentirte feliz por estar donde quieres estar, haciendo todo aquello que siempre quisiste hacer.

Hoy me he enamorado de mis niños, de la Escuela, de las familias. He podido disfrutar de ese complejo equilibrio que raras veces suele lograrse entre lo cierto y lo posible, entre el bullicio y la calma, entre el querer y el poder. Por todo ello, por días como los de hoy, uno se da cuenta del sentido de esta profesión. De lo que llena el alma y vacía el espíritu, siempre en constante búsqueda de lo mejor, de la Excelencia.

Porque son los niños los reyes de la Escuela. Sus gritos y carreras llenan las aulas, los pasillos y el comedor escolar. Porque ninguno es prescindible y en su ausencia nos sentimos pobres de pedir.

Es pues, la Educación emocional, una propuesta que debe estar integrada en el ámbito escolar, ya que como afirma Núria Arís Redó, del Dpto. de Ciencias de la Educación de Catalunya, las personas nos desarrollamos y crecemos combinando "cabeza, corazón y manos" o dicho de otro modo, "razón, emoción y acción". Así pues, las vivencias y experiencias de cada niño serán determinantes en la configuración de la personalidad y maduración de cada escolar. Es precisamente aquí, donde la Escuela presenta un gran potencial como defensora de una educación emocional al tener la posibilidad de poder integrarlo en el día a día. En las aulas.

Así pues, poco más tengo que añadir. Tan solo recomendaros una estupenda obra, ampliamente conocida por muchos, donde podemos profundizar y empaparnos de todo el saber de su autor. David Goleman publicó en la editorial Kairos (1995) uno de sus libros más prestigiosos y reconocidos Inteligencia Emocional. Os recomiendo su lectura.

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